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A través de la colaboración artística de este año, Maison Perrier-Jouët y mischer'traxler aportan una perspectiva poética y consciente al terruño de Maison Perrier-Jouët y su cualidad más esencial: su biodiversidad.
Fiel al espíritu libre de Maison Perrier-Jouët, Perrier-Jouët Belle Epoque Rosé es un champagne decididamente original que combina la rareza con la capacidad de sorprender. Creado por primera vez en 1978, se elabora solo en años excepcionales y se produce en cantidades extremadamente limitadas.
Nota de Cata de Perrier-Jouet Belle Epoque Rosé
Vista: Un manto rosa pálido con reflejos cobrizos y finas burbujas.
Nariz: Aromas pronunciados de rosa y peonía, fresas silvestres y frambuesa y pomelo rosado.
Paladar: Un ataque franco seguido de una hermosa redondez y un final sedoso.
“Como todas nuestras cuvées vintage, Perrier-Jouët Belle Epoque Rosé debe disfrutarse con tranquilidad”, dice Séverine Frerson. "Lo saborearía con una comida, en un ambiente cálido y agradable que refleja su carácter".
Los maridajes ideales incluyen salmón o atún cocidos de un solo lado, salmón con salsa de arándanos o pechuga de pato en rodajas finas.
A través de la colaboración artística de este año, Maison Perrier-Jouët y mischer'traxler aportan una perspectiva poética y consciente al terruño de Maison Perrier-Jouët y su cualidad más esencial: su biodiversidad.
Fiel al espíritu libre de Maison Perrier-Jouët, Perrier-Jouët Belle Epoque Rosé es un champagne decididamente original que combina la rareza con la capacidad de sorprender. Creado por primera vez en 1978, se elabora solo en años excepcionales y se produce en cantidades extremadamente limitadas.
Nota de Cata de Perrier-Jouet Belle Epoque Rosé
Vista: Un manto rosa pálido con reflejos cobrizos y finas burbujas.
Nariz: Aromas pronunciados de rosa y peonía, fresas silvestres y frambuesa y pomelo rosado.
Paladar: Un ataque franco seguido de una hermosa redondez y un final sedoso.
“Como todas nuestras cuvées vintage, Perrier-Jouët Belle Epoque Rosé debe disfrutarse con tranquilidad”, dice Séverine Frerson. "Lo saborearía con una comida, en un ambiente cálido y agradable que refleja su carácter".
Los maridajes ideales incluyen salmón o atún cocidos de un solo lado, salmón con salsa de arándanos o pechuga de pato en rodajas finas.
