El Domaine Weinbach es una bodega histórica de Alsacia. El edificio fue construido en 1612 por los monjes capuchinos, como monasterio, y vendido como bien nacional durante la Revolución Francesa. Se encuentra a los pies de la colina Schlossberg y su nombre, Weinbach ('arroyo de vino'), de debe al pequeño río que atraviesa la propiedad.
En 1898 la bodega fue adquirida por los hermanos Faller, quienes después la cedieron a Théo, hijo y sobrino respectivamente. Théo se convirtió en una gran figura del vino en Alsacia y luchó intensamente por la obtención de la AOC, convencido de la calidad del terruño alsaciano; enamorado de su propiedad y de los varietales autóctonos, amplió y embelleció la finca.
Théo Faller murió en 1979 dejando el proyecto en manos de su esposa Colette y de sus hijas Catherine y Laurence, quienes mostraron la misma pasión y el mismo compromiso con los grandes vinos alsacianos, llevando a Weinbach al cénit de la calidad. Ya en 1998 iniciaron el cultivo biodinámico y obtuvieron la certificación biodinámica en 2010, último año de Laurence como enóloga. En 2015, Catherine y su hijo Théo Leiber-Faller tomaron las riendas del Domaine, manteniéndolo hasta día de hoy como una de las bodegas alsacianas más reputadas.
En sus 26 ha el Domaine Weinbach practica una viticultura muy respetuosa, intentando interferir lo mínimo posible en la natural evolución de las uvas, lo cual se consigue gracias a una atención constante a los viñedos y a prácticas ecológicas y biodinámicas. Los vinos fermentan lentamente en viejos fudres de roble con levaduras indígenas; en ocasiones, como en el caso de los vinos dulces, incluso durante un año y se embotellan sin filtrar ni clarificar buscando exprimir todo el potencial de una uva de primerísima calidad.