Viladequinta es un vino tinto elaborado en Carbellada de Valdeorras con variedades como 40% mencía, 10% garnacha tintorera, 20% merenzao, y el 30% restante, brancellao, sousón, caiño y ferrón por la bodega Adega O Cabalin.
Este vino se elabora mediante la recolección manual de la uva en cajas de 15 kg. A continuación, se lleva a cabo la fermentación en barricas abiertas de 500 litros, utilizando las levaduras autóctonas. Durante este proceso, se añade un 30% de racimos pisados de manera tradicional, mientras que el resto se despalilla sin estrujar.
Después de la fermentación, el vino pasa por una crianza de 12 meses en barricas de 500 litros.
Toda la uva utilizada proviene de tres parcelas orientadas al norte. Estas parcelas se encuentran en laderas muy pronunciadas a una altitud que varía entre los 620 metros y los 750 metros. Los suelos son de pizarra poco profunda. Las vides fueron plantadas entre 1918 y 1929. Estas parcelas están ubicadas en el municipio de Carballeda de Valdeorras, en el valle en forma de "V" que forma el río Casoio, un afluente del Sil.
El Viladequinta es un vino equilibrado y goloso que se va volviendo cada vez más complejo e interesante a medida que se va degustando. Posee un perfil completo y una gran finura.
Recomendación de consumo: Este vino es una delicia para ser disfrutado solo, pero si se decide acompañarlo con comida, marida muy bien con quesos y embutidos, verduras a la parrilla, carnes rojas, potajes, legumbres y asados.
Se puede disfrutar de inmediato o guardarlo para un consumo futuro.
Nota de Cata de Viladequinta
El vino presenta un color cereza madura con reflejos rojizos y una capa de intensidad media.
En la fase olfativa, se destaca la explosión de frutas rojas y negras, seguida de una frescura balsámica que da paso a notas de tierra mojada y hongos, junto con sutiles aromas de flores azules. Es un vino muy fragante.
A medida que evoluciona, revela una mineralidad de piedra oscura y toques de barrica, como especias cárnicas (azafrán y laurel), notas picantes (pimienta negra y clavo) y dulces acariciantes (canela y nuez moscada). Su complejidad aromática sigue creciendo y desplegando matices.
En boca, el vino se caracteriza por su textura suave y cremosa, mostrándose amplio sin resultar pesado. Cuenta con una excelente acidez y presenta sabores de verduras maduras con un final frutal. Es sabroso, fresco y crujiente, con una longitud destacada y un final adictivo que invita a seguir bebiendo.