Se trata de una Monastrell de carácter nórdico, que irradia frescura y una agradable sensación crujiente. Su atractivo y sugerente perfil la convierte en una experiencia sensorial armoniosa y hermosa, que se desliza como un suspiro por nuestras sensaciones, siempre esquiva e imposible de capturar.
Este vino está hecho exclusivamente de uva Monastrell y se cultiva en suelos arcillosos, pedregosos y calizos. Su crianza se lleva a cabo durante 13 meses en barricas de roble francés de 500 litros, provenientes de prestigiosas tonelerías. Este vino es el resultado de una cuvée que combina las uvas de tres parcelas excepcionales: El Paso Malo, Venta El Pino y El Aceniche, todas situadas a más de 760 metros de altitud y con viñedos de más de 40 años de antigüedad. Estas parcelas ofrecen orientaciones y tipos de suelo diferentes, lo que contribuye a la complejidad y calidad del vino final.
Una botella exclusiva con una joya con forma de nariz, reproducción de la de su creador, premiada como mejor packaging del mundo con Doble Oro en los Pentawards 2021, y oro en los Dieline Awards.