Color amarillo pajizo con irisaciones ambar acompañado de un atractivo efecto metalico en color dorado en conjunción con un desprendimiento lento y uniforme de pequeñas burbujas .
De aromas que recuerdan a flores blancas, cítricos en especial al pomelo y corteza de naranja.
En boca es dulce de paso agradable y ligeramente persistente con acidez equilibrada e integrada.
Su espectacular presentación asume el riesgo de que se quede en artificio, pero no debe disgustar su sabor afrutado, con un regusto cítrico, cuando ha roto el mercado en una docena de países, exportando 50.000 unidades semanales.
Llinares explica que han tardado año y medio en desarrollar este primer proyecto de I+D de la compañía, que idearon con la intención de "hacer un producto algo diferente, con un poco más de azúcar y que realmente fuera algo impactante, que en reposo fuera de una forma y al moverlo tuviera algo especial que la gente recordara".
Así nació Aviva, cuyo impacto visual es resultado de un proceso cien por cien artesanal, nada de ciencia aplicada. El efecto de la llama en movimiento esconde "un sabor dulce con un pequeño toque de moscatel muy agradable". Esta diferenciación en el producto, la "esencia" a la que hace referencia Víctor linares, "nos ha abierto las puertas en muchos mercados gracias a la innovación".
Aviva se presenta como un espumoso óptimo para disfrutar en comidas y cenas con amigos en un ambiente de celebración dado que, por su composición, puede tomarse indistintamente en el aperitivo, durante el ágape o como acompañamiento para el postre, con "un excelente maridaje".