No te preguntas; ¿por qué prácticamente todas las aguas con gas son como una soda o un refresco?
Creemos que existe un camino a la elegancia, a una burbuja fina, que se integra en boca sin distorsionar, que limpia el paladar sin dejar un recuerdo artificial a cítrico.
Un agua con gas que pone el listón a un nuevo nivel, que marida perfectamente en una buena mesa, que no anula los sabores y matices de la comida; y que además es intensamente refrescante y ligera. Un agua de carácter inolvidable.